Cuando me dijeron que debía hacer regalos personalizados
para un grupo creado al azar, con un tema que salió de lo más espontaneo
posible, en un principio no me lo creí, pero la vida del estudiante es la que
dictan los profesores... Me puse a trabajar en la creación de tal preciado
objeto.
Tema: TIEMPO LIBRE. Y de ahí empezar de cero. ¿Cómo crear el
objeto? Para integrar conceptos e ideas, realizar el objeto con algo que suelo
hacer en mi tiempo libre: DIBUJAR. Exploto mi imaginación, me dedique a plasmar
en papel con ayuda de mi lápiz pasta y mina, lo que yo entendía del concepto.
Entre relojes, algunos hobbies, la libertad, el derecho de hacer lo que se me dé
la reverenda gana, se enmarcaron en mis dibujos. Me Salí de la idea de guiarme
con lo que los demás hacían en sus tiempos de descanso, para enfocarme en lo
que mis ideas me decían.
Luego de tanto dibujar ya tenía listo todos mis
regalos.
Inconscientemente me ponía a pensar en que estarían elaborando
los demás, siempre desde pequeño me han entusiasmado de sobremanera los
regalos, así que esperaba lo mejor. Y al parecer tenía razón.
Decidimos como grupo juntarnos en la escuela para hacer la
entrega de los objetos, mi ansiedad a flor de piel, hacia lo posible para controlarla. Podría
decir que los demás también lo estaban, pero era pensar lo más fácil para no
sentirme tan mal. Entregue mis dibujos a cada miembro del grupo y lo único que
esperaba era ver la reacción de sus caras al verlos, me conformaba con que les
parecieran extraños, pero me sentía aún mejor cuando los lograban entender de
acuerdo al concepto que teníamos destinado desde un comienzo. Al recibir los
regalos elaborados por los demás, la ansiedad se esfumo, tenía ante mi sus
ideas plasmadas en objetos, todos eran buenos regalos, pero el que más me sorprendió
fue el que me dio la Eli, explote en risas. En palabras simples era un collage
con diferentes imágenes en las que algunas estaban mi cara sobrepuesta en
algunas y además eran imágenes de cosas
que a mí me gustaban y ejercía en mi tiempo libre, como tocar música, leer
comics, entre otras muchas cosas.
No es con ganas de menoscabar a los demás pero ese fue y es
el que más me llamo la atención. Como siempre hay que aterrizar el trasfondo de
estos trabajos en el contexto de estrategias de intervención, la utilización de
este instrumento de expresión, según lo que creo, es un gran factor que
fortalece el vínculo (en este caso) usuario-terapeuta. Y a que permite una
llegada más cercana hacia la persona, lo cual, en cierta medida favorecería el
proceso terapéutico en el cual está inmerso.
Finalmente la travesía acabo. Desde los recónditos pasajes
de mi cerebro a la hoja de papel y de ahí a las manos de mis compañeros, ideas
que traspasan espacios imaginarios y que mueren en las mentes de los demás
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