martes, 28 de mayo de 2013

El espejo de Yeso 02/05

Hoy tocaron mascaras (nuevamente), para decir verdad, me dio un poco de escalofrió tratar de decorarla, era yo… técnicamente, retratarme. Es divertido, interesante, cuando hablan como es uno, cuando te describen, pero ¿describirse uno? Creo que es lo más complicado. Si bien algunos dirán: “Pero si eres tú mismo, cada uno sabe lo que uno es”.  ¿Y si no se lo que soy? Si la idea de mi mismo esta tan tergiversada, basada en lo más superficial que dice la gente, porque en verdad uno se basa en lo que dice la gente y de ahí crea su imagen de acuerdo a como uno se comporta, como unos siente, como uno se expresa, como lo es uno para los demás. Lo siento por ser tan fatídico, creo que me bajo la desesperación, el día da para eso (está nublado con un poco de lluvia).
Volviendo al tema… el espejo de yeso, poniéndole la tempera nos pasamos el rato, al fin y al cabo era mero retrato de cada uno, aunque pareciese en algunos casos que hiciese al azar (me gusta pensarlo así, le da más profundidad), era el yo (inconsciente) de cada uno, quien copiaba los mas interior de uno y lo ponía en ese trozo de yeso con pasta muro. Algunos con detalles, otros más básico, no faltaba los más elaborados con las mejores técnicas, líneas, círculos, manchas y más manchas, y bueno…mío: a pura tempera verde, roja, morada, blanca y negra. ¿Por qué esos colores? De chico, uno de mis personajes favoritos, un villano precisamente, trastornado, según algunos loco, otros un genio…me refiero al Guasón. No han sido pocas las veces, que me eh sentido como él, quizás por la forma de pensar, en la forma de ver el mundo tan complicado y sencillo al mismo tiempo, pero a la vez con un objetivo claro y aun así nadie lo entiende. Siempre sonriendo, tal vez porque hay que reírse de todo en esta vida o que para todo hay que sonreír, aunque uno no lo sienta de verdad. Algunos dirán aparentar, yo digo: “es solo una sonrisa”. En resumen soy un loco, quizás no lo aparente, pero así lo siento y de ahí el Guasón que es como seriedad mezclado con locura, un equilibrio perfecto.

Ya al final de la actividad, las mascaras casi listas, todos comparando sus autorretratos, los paseos de aquí para allá, gritos, la profe dando indicaciones y de la nada, desde la calma, un dedo, las frentes llenas de pinturas, de ahí las mejillas, algunas narices, brazos, y como uno no solo puede ser espectador de tal masacre, mi frente y mejilla de rojo quedaron. Tempera roja bajando desde mi cicatriz hasta la altura de la boca, no recuerdo de cuando me volví hindú  y para qué decir de mis brazos. Trate de limpiarme con un poco con agua y algo de jabón, pero soy tan flojo que dejare la tarea para la ducha de la mañana, con tranquilidad y paciencia haré el intento.

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