miércoles, 29 de mayo de 2013

El viaje de la vida 16/05



Otra clase, otra historia, otra anécdota, otras cosas. En el episodio de hoy habrá baile, teatro y música… y así fue.
Sin calentamiento no hay baile, así que empezamos a movernos “la caminata para purificar el alma”, el que chocaba menos se volvería mas puro, cosa que Assef y Pablo, se quedaron en el limbo de después del manso tortazo que se dieron. Después vinieron algunos movimientos específicos para equilibrar los chacras de los hombros, cabeza, pecho, brazos y piernas. En estos dos últimos pudimos sentir la muerte al lado con la técnica de “la mano muerta” y luego con “el pie muerto” que era más parecido a las patadas de Chun Li (Street Fighter). Y tampoco podemos olvidar el columpio humano, que poseía lo mejor de dos mundos, con esas mini caídas se me desprendió todo lo malo de la asquerosa semana que tuvimos.
Luego del calentamiento empezó lo bueno. Nos separamos en grupos, los bailarines adentro, los expertos en artes escénicas afuera y los que no querían agitarse y aun así mover sus cuerpos de forma sincronizada, al parecer se encontraban en la sala Silvia Gómez
Nosotros que estábamos afuera tratábamos de organizar algo bueno, pero aun así se veía más entretenido el baile. Como buenos profesionales teníamos “lista” la coreografía dos minutos antes de empezar el show.
Entramos todos cabizbajos y algo cojos, formamos un circulo que era el inicio del ritual de la vida a manos del “dador de vida”(AKA: Caja de cartón) con espasmos y gritos guturales hacia que cada uno  cobrase la vida al ponerse la máscara, seguido de algún tipo de sonido emitido preferentemente por cada uno. Si no fue poco darnos la vida, nuevamente el “dador de vida se volvió el “quitador de vida” y así todos en el suelo sin pulso quedaron. Lo único que revivió a los actores fue el aplauso del público.
Luego de la espectacular obra llegaron los bailarines. Su nivel de coordinación y destreza eran increíbles. Con un tipo de danza peculiar por parte de cada persona involucrada hicieron el nivel del espectáculo subir a un rating decente. Ya en el clímax de la presentación se formo un océano humano del cual desprendía gritos de cualquier índole lo cual erizaba los pelos de todo del que lo veía.

Ya para amenizar el ambiente, a manos de los músicos ejecutaron sonidos dignos de un descanso merecido. Las sonoridades de todo lo que había( escuche un triangulo, un bongo, platillos, papel celofán) creó el ambiente perfecto para transportarnos a otra realidad: Mi mente fue llevada a un lugar desconocido, a ese lugar al que uno quisiese ir y quedarse para siempre, donde la relajación es todo y uno se puede sentir bien con uno mismo. Pero no todo es como uno lo quiere. De esa tan placida realidad fuimos sacados abruptamente, tal bebe del útero, todo gracias a la voz de la profesora que nos evidenciaba que el viaje había terminado.

Y renovado emprendí el largo camino a casa.

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